Viviendas para peones camineros en Medina de Pomar.

Javier González de Durana

Hace algunos meses comenté aquí la singularidad arquitectónica de la iglesia de Villarcayo, en la comarca de las Merindades burgalesas. No es una zona en la que la arquitectura moderna haya dejado muchos ejemplos de calidad, pero, como en el caso de la iglesia mencionada o la Residencia Infantil de una Caja de Ahorros en la misma localidad, no faltan construcciones de gran interés dentro de los presupuestos ideológicos y formales de la modernidad. Su cercanía a la industriosa margen izquierda del Nervión (por tanto, a Bilbao) y, en concreto, a las Encartaciones de Bizkaia, ha facilitado históricamente una fluida comunicación  entre la dinámica y fabril cuenca de la ría bilbaína y esta comarca burgalesa inmersa en la cuenca alta del Ebro que, a primera vista, parece haber permanecido en un estado más o menos inalterado durante los últimos siglos. Su rico patrimonio popular de casas, casonas y palacios rurales en villas y aldeas tiene como cima unas arquitecturas románica y gótica diseminadas por estos valles que vivieron su momento de mayor esplendor durante la Baja Edad Media.

Ese espléndido patrimonio arquitectónico procedente de siglos pasados deja bajo sombras de escasa o nula valoración -tanto por parte de vecinos como de instituciones públicas- los edificios erigidos durante el siglo XX y, muy en particular, los diseñados en su segunda mitad. Poco apreciados por su reciente edificación, construidos a veces con materiales pobres o poco duraderos y con mantenimientos de conservación no siempre adecuados, sin embargo, conviene resaltar aquellas piezas más relevantes (aunque no lo parezcan) para que los vecinos de esta hermosísima comarca vayan situándolas en un mayor grado de interés dentro de sus escalas de valor.

Para empezar, una pieza difícil, las denominadas Viviendas de Camineros, en Medina de Pomar, proyectadas por el arquitecto Luis Cubillo de Arteaga en 1971. Titulado por la Escuela de Madrid en 1951, Cubillo perteneció a la generación que investigó y trabajó con mayor dedicación y denuedo las viviendas sociales. El traslado del campo a la ciudad de enormes contingentes de personas durante la década de los años 50 exigió la construcción apresurada y masiva de grandes conjuntos de viviendas que, cumpliendo las mínimas condiciones de habitabilidad, pudieran acogerles. En esta tarea Cubillo desplegó una intensa actividad durante sus primeros veinte años de actividad profesional, sobre todo, en Madrid.

En 1955 se integró en el Grupo Covadonga, del que formaban parte Javier Saénz de Oíza, José Luis Romany Aranda y Manuel Sierra Nava, trabajando para la Constructora Benéfica «El Hogar del Empleado» y realizando junto con los tres colegas citados los lecorbusierianos bloques del Poblado Dirigido de La Quintana en 1959 (predecesor de las «casas americanas» de San Ignacio en Bilbao, de Argárate/Basáñez/Larrea). Mutuamente estimulados en lo profesional, para sus integrantes este grupo actuó como plataforma de aprendizaje e innovación. En 1956 «El Hogar del Empleado» envió a Cubillo y Romany a Copenhague y Estocolmo para estudiar los nuevos modelos de viviendas sociales en Europa. De allí regresó el primero fuertemente inclinado hacia el neoplasticismo y, muy en concreto, hacia la labor del arquitecto Arne Jacobsen, pero también a las de Alvar Aalto y Erik Gunnar Asplund.

Con ese bagaje un año más tarde empezó la construcción del Poblado Dirigido de Canillas, quizás su obra más importante dentro de esta tipología, promovido por el Instituto Nacional de la Vivienda y la Comisaría General de Ordenación Urbana. También de este momento es el Poblado Social Mínimo de Vallecas. La vinculación con «El Hogar del Empleado» y la vivienda social, la clara vocación hacia la innovación y la experiencia en vivienda en bloque y unifamiliar, le proporcionaron una capacidad ideal para afrontar este tipo de proyectos.

Aún sin participar del mesianismo revolucionario que caracterizó a las vanguardias europeas en los años 30 -para entonces ya superado-, lo cierto es que Cubillo, al igual que sus colegas Romany, José Luis Fernández del Amo, Rafael de la Hoz, Rafael Leoz, Antonio Vázquez de Castro o los hermanos Javier y Félix Íñiguez de Onzoño, cada cual a su manera, investigaban y luchaban, a la vez que construían, conscientes de ser los demiurgos de una nueva sociedad.

Medina de P. 1
Viviendas para peones camineros en Medina de Pomar.

Los poblados para concentración de Peones Camineros, en el norte de España, fue otra de sus obras destacadas que le encargó el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU). El de peón caminero era un oficio, hoy desaparecido, dedicado al mantenimiento de carreteras y caminos. Aquí Cubillo aplicó todo el conocimiento ya desarrollado en La Quintana y en Vallecas, sintetizando en este conjunto medinés su contribución a la investigación para la resolución del problema de la vivienda mínima y también la influencia de su admirado Arne Jacobsen.

Este conjunto de viviendas se halla incluido en el prestigioso registro de la Fundación DOCOMOMO Ibérico (Documentación y Conservación de la Arquitectura y el Urbanismo del Movimiento Moderno). Su ficha técnica, elaborada por Daniel Villalobos Alonso y Silvia Cebrián Renedo, dice así:

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Viviendas para peones camineros en Medina de Pomar.
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Viviendas para peones camineros en Medina de Pomar.

«Las viviendas se desarrollan en dos niveles, manteniendo una independencia en cada una de las viviendas y, al mismo tiempo, creando una estructura urbana compleja con un esquema en diente de sierra alrededor de una calle central. La utilización de una ordenación geométrica girada respecto a la rigidez ortogonal de cada una de ellas aporta singularidad espacial y una configuración de espacios sociales en los que se mezcla la independencia con una visión conjunta de los espacios de calle y jardín.

A su vez, las viviendas se organizan en modo pareado, mediante una ordenación escalonada en planta. En los muros de carga se mezcla el uso de aparejo de ladrillo caravista pintado de blanco y muros de mampostería de piedra irregular. Desde la aplicación de unos sistemas constructivos históricos, ofrece una solución en la que elementos tradicionales como las cubiertas a dos aguas, chimeneas al exterior, carpinteras y contraventanas de madera, etc. se convierten en elementos sustanciales de la modernidad. De este modo, actúan las cubiertas a dos aguas actualizando un desarrollo renovado e independiente de los cánones del movimiento moderno

La austeridad ornamental y formal de esta solución dialoga con un programa de vivienda mínima bien solucionado. La belleza es el resultado de la buena relación entre el sistema constructivo y programa arquitectónico: regla fundamental de modernidad, más allá de formalismos. Esta vía de modernidad revisada resume los principios más austeros y conspicuos del lenguaje moderno«. El poblado de Medina de Pomar fue el último de los más de dos decenas que diseñó, concentrando en él todos los conocimientos atesorados a lo largo de las experiencias anteriores.

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Viviendas para peones camineros en Medina de Pomar.

En la actualidad no todas estas viviendas presentan el mismo estado de conservación, habiendo las que se mantienen bien y las que no. Dentro de la provincia burgalesa, en 1966 Cubillo había realizado otro barrio de Viviendas para Peones Camineros, en Briviesca, y otro más hizo en Villadiego. Fuera de Burgos diseñó barrios para trabajadores de caminos en Luarca, Cangas de Narcea, Oviedo y Valdés (Asturias), y en Riaño, Ponferrada, Astorga y León (León). Entre 1963 y 1971 proyectó hasta veintitrés poblados de Peones Camineros para el MOPU, entre ellos, los de Beasain, Itziar, Zarauz, Rentería y Bergara (Gipuzkoa), Osorno (Palencia), Reinosa y Ampuero (Cantabria), Valladolid, Villalba (Lugo), Sepúlveda (Segovia) y Jaén.

Sobre estas casas unifamiliares Cubillo declaró que utilizábamos el forjado normal de viguetas prefabricadas que se pintaban y quedaban preciosas. En la orientación según un poco la teoría de mediodía-norte. Todas las casas eran iguales, pero en el momento en que acabamos, (sus habitantes) empezaron a hacer barbaridades. La estética inicial era absolutamente danesa. Yo tengo por ahí un libro de Jacobsen y me divierte mucho cogerlo y ver que a fuerza de usar mucho unas ideas, acabas creyendo que son tuyas al final”.

El Catálogo de las Normas Urbanísticas de Medina de Pomar tiene como objeto «fijar un marco de protección, conservación y mejora del Patrimonio de Medina de Pomar, entendiendo éste como el conjunto de los bienes inmuebles y espacios de especial singularidad del término municipal de Medina de Pomar, que por sus valores arquitectónicos, urbanísticos, artísticos, culturales, ambientales, paisajísticos u otros, son susceptibles de ser considerados como bienes catalogables con arreglo a lo dispuesto en el Artículo 1.2 de la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León del 12/2002 del 11 de Julio y subsidiariamente, la Ley 16/1985, de 25 de Junio, del Patrimonio Histórico Español«. Este singular conjunto de viviendas, un pedazo de historia de la arquitectura española moderna, no está incluido dentro de ninguna de las categorías de protección. El DOCOMOMO Ibérico sí lo hace.

Briviesca alzados
Alzados de las viviendas para peones camineros en Briviesca.
Briviesca planta
Planta de las viviendas para peones camineros en Briviesca.

2 comentarios sobre “Viviendas para peones camineros en Medina de Pomar.

  1. Enhorabuena Javier por el rescate de una arquitectura, la de los años de postguerra, hecha por un grupo de arquitectos que trabajaron con una gran entrega e ilusión. Hablo de Oiza, Romaní, Trapero, Fernandez Alba, Vázquez de Castro, Molezún, Fisac, y muchos más.
    Yo tuve la suerte de tener algunos como profesores en la Escuela de Arquitectura de Madrid y pude disfrutar del entusiasmo de Oiza, la templanza de Fernandez Alba, la erudición de Fullaondo y un largo etcétera que no cabría en esta pequeña reflexión.
    Eran profesionales que, por las circunstancias de la situación, tenían que trabajar con unos medios de construcción muy escasos y rudimentarios en comparación con lo que encontramos en la actualidad.
    Muy de destacar su gran sentido social de la arquitectura, especialmente en la arquitectura residencial. Valga como ejemplos las promociones de vivienda pública de los poblados dirigidos, la obra sindical del hogar y quisiera destacar los nuevos pueblos, especialmente relacionados con el Plan Badajoz, y entre los cuales son merecen la pena los proyectados por José Luis Fernández del Amo (Vegaviana es sin duda, el mejor ejemplo).
    Quiero aprovechar la ocasión para rendir un homenaje a esa generación de arquitectos que tuvo que trabajar en un ambiente poco propicio y con escasez de medios que no fue impedimento para que nos dejaran un legado encomiable digno de ser conocido y protegido.

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    1. Muchas gracias, por tu comentario, José Luis. Aquella fue una generación excepcional que tuvo que trabajar en unas condiciones deplorables. Tanto los Poblados Dirigidos en las periferias urbanas como los Poblados de Colonización en las áreas rurales fueron experiencias enriquecedoras y que no renunciaron a un lenguaje moderno, a pesar de estar promovidas esas operaciones por el estado franquista. La simplicidad formal de la mayoría de esas construcciones, impuesta por la escasez de recursos económicos, conectaba con la austeridad arquitectónica que se predicaba desde la Bauhaus o desde el norte de Europa. Al mirar a las construcciones tradicionales, populares, se daba gusto al casticismo que demandaban las autoridades al tiempo que, disimuladamente, encajaban en un pensamiento muy contemporáneo. Incluso las actuaciones de Regiones Devastadas fueron, en general, muy buenas, teniendo en cuenta siempre la precariedad de los materiales, claro, y sólo el hecho de que estas actuaciones tuvieran lugar en poblaciones destruidas por el ejército franquista hace que se las vea con cierto resquemor, pero en ese servicios trabajaron gentes muy buenas. Por ejemplo, en Gernika lo hizo Manuel Mª Smith para viviendas y Rafael J. Basterretxea para el mercado nuevo (ya desparecido). En Eibar las viviendas que levantó Regiones Devastadas están muy bien tanto en su construcción como en su ordenación urbana. En fin, a mí me encanta entrar en los Poblados de Colonización y he visitado varios, pero ese que mencionas de Vegaviana me falta. Lo veré próximamente.

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