Javier González de Durana
Se acaba de saber que la Comisión del Patrimonio del Ayuntamiento de Bilbao, dependiente de su Área de Urbanismo, se ha pronunciado a favor del dictamen emitido por el Gobierno Vasco, “asume el informe del Departamento de Cultura“, en el sentido de que se deben preservar en su estado actual los antiguos diques secos de los astilleros Euskalduna, en uno de los cuales, el nº 3, una desconocida empresa denominada TecnoFly Bilbao pretende instalar un absurdo equipamiento privado (en espacio público) consistente en un túnel de viento y una piscina de olas, pero cuyo motor económico estaría en los «usos complementarios«, en otras palabras (una vez más, en este Bilbao de camareros), en la sección hostelera que también albergaría. Incomprensiblemente, el 9 de febrero 2018 la Demarcación de Costas del Pais Vasco, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica concedió este uso solicitado por TecnoFly Bilbo SL sobre 4.165 m2 no se sabe si de agua (donde tiene competencia) o de tierra (donde no la tiene) durante un plazo de 15 años. ¿Qué institución es competente en estos diques, Ayuntamiento, Diputación, Gobierno Vasco o Costas? ¿ya lo tienen claro entre ellas mismas?
El acta de esa Comisión del Patrimonio dice así:
«Previa convocatoria efectuada al efecto, el día 17 de septiembre de 2019, a las 12,00 horas, se reúne en la sala “E” de la planta primera del edficio “San Agustín” sito en Plaza Ernesto Ercoreca nº 12, la Comisión del Patrimonio de Bilbao, integrada por los siguientes miembros:
Presidente: Asier Abaunza Robles.
Vocales: Mikel Ocio, Ana Alcibar Aspuru, Nerea Etxarri Villar, María Jesús Cava Mesa, Pedro Ispizua Anduiza.
Secretaria: Ana Fontán Basañez.
Punto 11º.- Idem sobre la modificación del Plan Especial de Abandoibarra, Parcela 196 presentada por TECNO FLY BILBAO, S.L. (Expte.: 2019-001783).
- Por unanimidad se asume el informe del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco por lo que se informa desfavorablemente la modificación del Plan Especial de Abandoibarra«.
Decir que esa Comisión «asume» el dictamen del Gobierno Vasco es la alambicada manera que el Ayuntamiento utiliza para afirmar que deniega ahora lo que ha venido apoyando y alentando desde hace años, esto es, la instalación de un equipamiento de ocio promovido por un empresario ruso, Alexander Khabibulin, y un grupo de inversores, al parecer, de ese mismo origen geográfico pero cuyos nombres son desconocidos y entre los que no parece haber ningún vasco (me pregunto si es completamente limpio todo el dinero que se dice se invertiría ahí, ¿me lo puedo preguntar, no?).
El Ayuntamiento no quiere decir que rechaza ahora lo que ha sido rechazable desde un principio y, para no emitir una opinión propia, dice adherirse a lo que razonó el Gobierno Vasco, quien, a diferencia del Ayuntamiento, no tiene competencias patrimoniales sobre este dique seco, pero quien sí tiene una opinión sobre el equipamiento de ocio y sobre el respeto a la historia de esta ciudad, al contrario de las autoridades municipales.
¿Y por qué este aparente no tener opinión propia? Quizás lo que sucede es que, en el fondo, no ha cambiado de opinión y, al sumarse en este momento al criterio de otra institución, esté esperando a que las circunstancias urbanísticas cambien y cuando se apruebe el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, previsto para el año que viene, en ese momento futuro decir que ante la nueva situación urbanística sí cabe autorizar esa mamarrachada en un paisaje y obra industrial tan extremadamente singular y característico de Bilbao. El avance del PGOU presentado disminuye y deja en el aire la actual protección del conjunto de los diques, al indicar que el nivel que se le otorgue será decidido por la Comisión del Patrimonio…, lo que resulta inquietante, dado que está integrado en su mayoría por funcionarios arquitectos y abogados y con una sola historiadora. Podría suceder que dentro de un año la Comisión del Patrimonio dijera que «asumió» el informe desfavorable del Gobierno Vasco en aquella situación urbanística pero que, tras haber cambiado ésta, ya no «asumen» nada, sino que dan el visto bueno a la actuación.
Debemos andar con mucho cuidado, este triunfo es una victoria parcial pero el conflicto aún está abierto y podemos esperar de este Ayuntamiento triquiñuelas de todo tipo para intentar terminar dando luz verde a un negocio privado que alguna autoridad se empeñó en que se situara en ese histórico corazón de la industria naval bilbaína.
Debe recordarse que esta misma Comisión del Patrimonio en su reunión del 2 de mayo de 2019 estableció que:
«3º.- Idem, en relación con la licencia de obras solicitada por TECNO FLY BILBAO, S.L. para cierre del Dique 3 del Euskalduna sito en la c/ Muelle Ramón de la Sota no 1. (Expte.: 2019-017987).
– Después de una exposición por parte del arquitecto D. Iñaki Aurrekoetxea en la que se detalla el proyecto de la nueva compuerta ubicada en el interior del Dique nº 3 del Euskalduna cuya licencia se ha solicitado, la Comisión considera que no procede su pronunciamiento sobre estas obras, en tanto en cuanto no se disponga de un proyecto del conjunto de la intervención que pretende llevarse a cabo en el interior del Dique. De forma previa, deberá tramitarse un Plan Especial, que contenga un apartado específico sobre la afección patrimonial al conjunto de los Diques, que deberá ser informado asimismo por la Comisión de Patrimonio, de forma previa a su aprobación.
– Por otra parte, se considera necesario recabar información de la Diputación Foral y del Museo Marítimo para conocer qué tipo de proyectos y subvenciones existen en relación con el Caisson original existente«.
Ese Plan Especial que «deberá ser informado» es el que ahora la Comisión del Patrimonio informa diciendo que «asume» el del Gobierno Vasco, pero que ese informe suyo consista en decir que se suma al informe de una institución que no es competente sobre esta cuestión…, ¿qué significa? ¿qué repercusión efectiva tiene?
Están produciéndose cambios sutiles, pero elocuentes, en esta zona de Bilbao integrada por el palacio de congresos Euskalduna, el Itsasmuseum y los diques de la antigua naval. Algunos cambios se hacen visibles, otros tratan de materializarse sin llamar la atención. Por ejemplo, el palacio Euskalduna hace muy poco tiempo se ha hecho con la totalidad de los bajos, sin ocupar hasta ahora, existentes bajo la rotonda del Sagrado Corazón y aledaños. Itsasmuseum, colindante con ese espacio recién anexado, es un museo reconocido por no haber funcionado como debería haberlo hecho en parte debido al pésimo lugar que se le asignó, si bien debe recordarse que, originariamente en 1996, ese museo sirvió para cerrar el paso a la peregrina idea de instalar unas piscinas públicas en el área de los diques, aberración que fue inteligentemente aprovechada por Patrick de la Sota, presidente de la Camara de Comercio de Bilbao, para proponer y lograr la creación del museo marítimo y, de paso, desterrar la idea de las piscinas. Ahora, en vez de esa bobada, se planea otra del mismo calibre, el túnel de viento y la piscina de olas para, así se dijo, dar más vida al museo, insuficiente por si mismo, al parecer, para atraer público. ¿Quiere esto decir que si el túnel y la piscina no salieran adelante, el museo quedaría cuestionado en su actual emplazamiento y podría ser movido a otro lugar? ¿aspiraría entonces el palacio de congresos a continuar su expansión, haciéndose con el espacio que desocuparía el Itsasmuseum? El avance del futuro PGOU unifica las dos parcelas de ambos equipamientos en una sola…, ¿con qué intención?
En todo caso, la localización de ese equipamiento de ocio en el histórico lugar es la parte más absurda de esta historia. Un equipamiento que en absoluto requiere estar ahí, pues como túnel de viento puede estar ubicado en cualquier emplazamiento y como piscina de olas, lo mismo, ya que nadie imagina que fuera a utilizar agua de la ría, sino agua limpia y esterilizada, con lo que cualquier otro lugar de la ciudad, de nuevo, también le serviría. Claro que, en otro lugar, probablemente, el restaurante no sería tan buen negocio. Por cierto, ¿por qué motivo hay que cederle a esta empresa un espacio público para que monte su negocio? ¿por qué no se compa un terreno en Zorrotzaurre y lo pone allí en marcha a sus exclusivas expensas, como cualquier hijo de vecino?
Esta es una victoria de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVPIOP), la cual desde hace meses ha venido exigiendo el pronunciamiento de la Comisión del Patrimonio del Ayuntamiento, pues no siempre lo hace. En nuestra pequeña medida, también desde ArquiLectura hemos resaltado en una y dos ocasiones la torpeza que representa este proyecto y las oscuridades que rodean a su empresario-promotor.
La lucha continúa.