Ampliar y envolver sin que sobre nada.

Javier González de Durana

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Actual fachada hacia la ría, aportada por el nuevo cuerpo adosado al viejo edificio.

El estudio behark, cuyos arquitectos directores son Beñat Saratxaga y Gentzane Goikuria, ha elaborado un singular y brillante ejercicio de rehabilitación y ampliación de un edificio de la calle Dique, el 2A, situado en un promontorio frente a la ría, una construcción de la ribera de Olabeaga, barrio que durante décadas fue un cuarto trastero de la ciudad al que el urbanismo ignoró y cuyas laderas estaban salpicadas con talleres, caseríos, vías de ferrocarril, viviendas obreras del XIX, viviendas protegidas por el primer franquismo, algún bloque masivo de viviendas de los años 60, edificios industriales, restos de cargaderos de mineral, una ermita, almacenes portuarios, una escuela, un frontón…, un mundo muy cerrado sobre sí mismo que permitió el crecimiento de su sólida personalidad. Sometido a una intensa transformación durante los últimas décadas, sobre todo desde el desmantelamiento de los astilleros de Euskalduna, mantiene su carácter y encanto, a lo que contribuyen actuaciones con ésta que comento hoy.

La intervención se ha realizado en un antiguo caserío de dos plantas al que se le añadieron posteriormente tres plantas más a fin de convertirlo en un edificio de vivienda colectiva. Las viviendas, de reducidas dimensiones, se articulaban en torno a una pequeña escalera central que presentaba serias dificultades de accesibilidad, un problema que, además, se veía agravado por la ubicación del edificio en una parcela de fuerte desnivel y gran diferencia de cota respecto a la vía pública. Las viviendas carecían de aislamiento térmico o sistemas de calefacción, algo fundamental en un barrio conocido con el sobrenombre de «Noruega» por la humedad y el frío viento que recibe al estar orientado al norte.

Se concibió un exigente y difícil ejercicio de transformación para un edificio habitado, planteándose la construcción de una nueva crujía paralela a la fachada norte. Este elemento, que conforma un nuevo rostro a la ría, es parte decisiva de la  solución concebida para las dispares problemáticas que afectaban al edificio. Así, esa crujía resuelve la accesibilidad universal al inmueble, mejora las condiciones de habitabilidad de las viviendas, al añadir un nuevo espacio exterior, sirve de refuerzo y arriostramiento de la estructura de muros de carga y entramado de madera que sustenta el edificio y sirve de soporte para las placas solares, sin incorporar nuevas cargas a la estructura de madera existente.

Se trata de una estructura de perfiles de acero laminado que soportan una escalera de comunicación vertical exterior, ubicada en la zona central de esta nueva fachada norte. Tal escalera, de generosas dimensiones, se desarrolla en tres tramos alrededor de un ascensor que, por su ubicación, permite resolver la accesibilidad del edificio y de su entorno mediante un único elevador. Esta condición resultaba fundamental, por la gran diferencia de cota existente entre la vía pública y la planta de acceso a la edificación.

La propuesta planteaba la ejecución de un semisótano para que ese ascensor tenga su nivel 0 en la cota actual de calle. El elevador, de doble embarque, da acceso en las plantas superiores a las viviendas desde un espacio cerrado y protegido de las inclemencias meteorológicas. La situación central del núcleo de comunicaciones permite mantener las preciosas vistas de la ría desde las viviendas y para evitar que la intervención se percibiera como un añadido inconexo y pobremente relacionado con la edificación existente se concibieron, en cada planta y a ambos lados del núcleo de comunicación vertical, sendas terrazas livianas de pavimento de madera que componen la fachada de forma coherente y unitaria, integrándola sin estridencias en el volumen de la edificación. Estas terrazas se resguardan mediante elementos de protección meteorológica formados por celosías correderas de lamas y aportan espacio exterior a unas viviendas muy necesitadas de esos desahogos. De similar manera, una gran cubierta sirve para unificar el conjunto relacionándolo con las arquitecturas circundantes y dotando a la edificación de una imagen característica tanto en su frente hacia la ría, como en sus alzados laterales, gracias a su singular geometría a tres aguas. Por último, la comunicación del nuevo núcleo de comunicación vertical y las viviendas existentes se articula mediante unas pasarelas resueltas de manera análoga a la crujía exterior.

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Actual fachada lateral con el nuevo cuerpo, a la izquierda, en el que se integran escaleras, ascensor y terrazas.

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La intervención rehabilitadora se completa mediante una actuación en la envolvente del edificio que permite incrementar sensiblemente su eficiencia energética, mejorando su comportamiento higrotérmico y solucionando patologías relacionadas con la edad de la edificación y las previas intervenciones inadecuadas de habilitación. Estas nuevas pieles de chapa de aluminio se relacionan compositivamente con la nueva fachada principal, dotando al conjunto edificado de una imagen coherente y contemporánea. La intervención articula compositivamente una nueva fachada a la ría, sin que se perciba como un elemento agregado y servidor, integrándola en el frente fluvial de forma respetuosa con las características imperantes en el área de Olabeaga.

Las descripciones incluidas en el texto que precede a este párrafo están tomadas, apenas sin cortes ni modificaciones, de la web de behark, una de las webs de estudios de arquitectura que mayor y mejor empeño ponen al explicar en qué consisten sus actuaciones y en cómo las llevan a cabo. Textos claros y comprensibles, bien redactados, directos y completos, una gozada muy bien ilustrada con excelentes fotografías tomadas por Pedro Pegenaute (recomiendo su visionado mediante el enlace incluido arriba) y sin agregaciones innecesarias. Lo cual no es de extrañar si se tiene en cuenta que en el frontispicio de su web han incluida esta frase de Rainer María Rilke: La valía o calidad de una obra no se encuentra donde no falta nada, sino más bien, allí donde no sobra nada”.

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Estado del edificio antes de la intervención. Imagen en la que se puede apreciar lo mucho que ha cambiado el entorno, particularmente en su zona posterior.

2 comentarios sobre “Ampliar y envolver sin que sobre nada.

  1. Me alegro. Una buena noticia.

    Además de por la estética final, por la conservación de los árboles, que parece que a los de corbata y fular molestan siempre.

    En otro orden de cosas, hace tiempo el nene trabajó en LABEIN, unos laboratorios industriales tutelados por el GV y la Escuela Sup de Ing Ind que estaban ubicados ahí (Ahora lo hacen en el Parque Tecnológico de Zamudio)
    Peña de la zona aseguraba que el sobrenombre «Noruega» se debía a que en tiempos de Carracuca había en el barrio almacenes de bacalao. Bacalao noruego.
    Sea como fuere, penumbras, frío y humedad son característicos de algunos puntos de Olabeaga dada su peculiar orientación, así que el mote puede ser debido a ambas circunstancias.
    ¿Dos pájaros de un tiro?

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    1. Lo del almacén de bacalao no lo sabía, aunque podía suponer que los habría en esa zona. Lo que he sabido desde pequeño es que lo de Noruega venía dado por el frío y humedad, la orientación norteña y porque, al atracar barcos nórdicos en las inmediaciones, por la zona caminaban marineros rubios, altos y de ojos azules.
      Si, justo detrás de este edificio estaba el bloque de LABEIN, que fue retratado en un antes y un después de su demolición (ejemplo de las alteraciones paisajísticas en las últimas décadas) por José Luis Ramírez, quien también trabajó allí.
      Muchas gracias, Javitxu.

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