‘Obispado de Bilbao’ Real Estates

/ Javier González de Durana /

La semana pasada, por fin, los vecinos de Abando tuvieron noticias del Obispado de Bilbao acerca de su reivindicación referente a un pequeño parque-jardín público de proximidad donde la Diócesis, frente a esta higiénica y saludable propuesta, quiere construir un bloque de siete plantas más cuatro subterráneas que asfixiará una zona ya congestionada. En realidad, la semana pasada se tuvo una doble noticia episcopal: primero, la rueda de prensa en la que, como el Presidente de cualquier gran corporación empresarial, presentó el balance de resultados económicos durante el año pasado, y segundo, la entrevista que por el motivo anterior concedió a una radio local. La mención al hecho reivindicativo y vecinal sólo se produjo durante la entrevista, pero gracias a la rueda de prensa se conoció el contexto económico en el que la Iglesia bizkaina asegura no permitirse renunciar al bloque edificatorio.

Durante la entrevista, el Obispo Iceta expresó su esperanza de que, en el marco de la discrepancia de opiniones acerca del futuro para el solar del colegio de las Carmelitas, hubiera “paz social”. ¡Caramba!, no podía imaginarse que, para su Eminencia, la discrepancia democrática significara alteración alguna de la paz social o riesgo de caer en ella. Los vecinos no lo ven así y creen haber estado comportándose en todo momento como sujetos sumamente pacíficos y civilizados, recurriendo a las vías oficiales establecidas para impedir un proyecto que consideran perjudicial para el barrio. No sólo eso, sino que también han organizado conferencias abiertas al público general impartidas por historiadores y sociólogos, han elaborado campañas sociales para concienciar sobre el problema con actividades fotográficas y artísticas elaboradas por vecinos y transeúntes…, bueno, también, un día cortaron las calles Heros y Lersundi durante 60 minutos para llevar a cabo una manifestación que tenía permiso municipal. Ya que el Obispo habla tan a menudo de Cultura, Bien Común y Ejercicio de Solidaridad, se le puede informar que esos vecinos, sin medios apenas, pero con enorme voluntad y determinación, también están haciendo cultura arquitectónica, social y urbanística al defender la supervivencia de esa parcela tal como es. Esperan que las actividades reivindicativas no le hayan parecido al Sr. Obispo alteración de la paz social.

Ahora bien, si “una vez se aclare todo”, confía que “el proyecto se pueda realizar con paz social” y con esto entiende que se deje de reclamar el anhelo vecinal para que él no tenga un dolor de cabeza…, que lo vaya olvidando porque perseverarán. Y sí, a los vecinos les gustaría mucho que se aclarara todo, incluido si el Obispado solicitó al Ayuntamiento la recalificación urbanística de la parcela, justificada en su necesidad de unificar los diversos y dispersos servicios que ofrece, pero sin mencionar el hecho de tener decidida la venta de la mitad de la nueva edificabilidad. La clínica Mutualia le compró esa edificabilidad y este asunto, hecho público dos días después de las últimas elecciones municipales, se tuvo que estar negociando desde muchos meses antes.

Otra cuestión notable que apuntó en su entrevista es que a la Iglesia “le asiste la legitimidad” para llevar a cabo su mastodóntico proyecto. Resulta curioso que apele a la legitimidad, dejando a un lado la “legalidad” porque el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha admitido a trámite un recurso contencioso administrativo interpuesto por Ecologistas en Acción – Ekologistak Martxan contra el acuerdo de aprobación definitiva del Estudio de Detalle de esa parcela a la vista de la falta del estudio de Evaluación Ambiental Estratégica que exige la ley, solicitando al Tribunal que tome medidas cautelares que impidan la aprobación de licencias para actuar en ese edificio y patio. El Obispado de Bilbao había anunciado su intención de comenzar las obras de demolición  este pasado mes de agosto, lo que no está sucediendo. ¿Hay alguna otra ilegalidad más que todavía no ha sido destapada?

Iceta, condenado y multado por graves irregularidades contables en CajaSur entre 2004 y 2008 que causaron la ruina de la entidad, formó parte de su Consejo de Administración, integrado en su mayoría por sacerdotes –por lo visto, todos ellos poco familiarizados con la gestión-. Como argumentos más poderosos para negarse en rotundo a la existencia de una zona verde para niñas, niños y ancianos (abundantes en el barrio) el jerarca eclesiástico planteó estos dos: (a) que, por tener sus múltiples oficinas y dependencias dispersas por Bilbao, se ve obligado a recorrer en ocasiones varias de ellas en una sola jornada, “hay días que tengo que desplazarme a cuatro edificios distintos”, lo cual debe ser intolerable para este hombre bien alimentado, aspecto saludable y de tan sólo 54 años y (b) que, caso de lograr construir el macroedificio, el barrio podrá presumir de la mayor biblioteca euskérika; ¡por favor! ¿es este un recurso político-sentimental con el que pretende ganar apoyos? ¿mayor que la existente en la Biblioteca Foral, ubicada a escasos siete minutos de distancia?

Por otra parte, en la rueda de prensa anunció que los ingresos de la Diócesis de Bilbao durante el ejercicio 2018 fueron de 30 millones de euros, de los que el 70% procedieron de su autofinanciación y por donativos de los fieles. Más de 4’5 millones de euros le llegaron por vía de subvenciones y ayudas públicas nutridas por los impuestos de todos los ciudadanos, creyentes o no. Bueno es saberlo para la próxima ocasión en que soliciten exenciones fiscales, favores institucionales y regalías de los creyentes. Otros millones de euros le vinieron por “servicios y otros ingresos” más “rendimientos de patrimonio”, lo cual significa explotación de bienes inmuebles, cuyo principal gestor es la sociedad Administradora de Inmuebles Seminario, encargada de rentabilizar los locales del antiguo y enorme seminario de Derio, la cual -sólo por esta fuente- le procuró un beneficio de más de 1’1 millón de euros. En el balance de «ingresos» y «gastos» la curia local se cuida muy mucho de mencionar los enormes «no gastos» que se ahorró gracias a sus privilegiadas exenciones fiscales. Algunas fuentes apuntan que, en conjunto (iglesias, ermitas, suelo rural, lonjas, edificios civiles…), esos «no gastos» pudieran representar mucho más de lo que ingresó, más de esos 30 millones contabilizados.

Aseguraba Monseñor Iceta que “la transparencia” es uno de sus pilares, pero al referirse a Caritas Bizkaia, la Entidad Diocesana que trabaja por los más desfavorecidos de la sociedad, sólo mencionó el número de individuos y misioneros atendidos (¿100% atendidos?), pero no de dónde procedieron los 11 millones de euros que la entidad gestionó durante el ejercicio 2018, si los aportó el Obispado en exclusiva o si contó con otros ingresos no eclesiásticos, como es bien sabido que así sucede (ver tabla adjunta con los ingresos de Cáritas Bizkaia). Sin ser mal pensados, podría parecer que el Obispado de Bilbao quiere dar la sensación de que Caritas Bizkaia se sostiene exclusivamente con sus aportaciones. En fin…, transparencia, no mucha; ocultación y disimulo, bastante.

cuentas cáritas bizkaia
Ingresos económicos y procedencia de los mismos en Cáritas Bizkaia durante 2018, ¿cuál es la aportación del Obispado de Bilbao? ¿colectas y otros ingresos propios?, es decir, ¿el 18% del total?.

Por último, respecto a los abundantes pisos e inmuebles que posee el Obispado, Iceta dijo haber puesto a disposición del Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco, mediante convenio, cuatro pisos que tenía vacíos y un quinto “que se está rehabilitando” (¿quién paga la rehabilitación, el Obispado o el Gobierno Vasco?). Además, aseguró que por medio de Cáritas Eguzkilore “prácticamente la totalidad de pisos del Obispado están ocupados por los párrocos o cedidos a la fundación de Cáritas Eguzkilore, que desde hace unos años trabaja también gestionando viviendas destinadas a la necesidad social”, aseguró el prelado. También informó que Eguzkilore gestiona 96 viviendas, pero no dice que sean suyas, oculta el dato, y uno no puede sino preguntarse cuántos pisos, locales e inmuebles más posee el Obispado que no están, “prácticamente”, dedicados a la gente necesitada. En su rendición de cuentas, dentro del apartado Cáritas Diocesana, el Obispo Iceta no declara nada acerca de este tentáculo, Fundación Eguzkilore, cuyos dos primeros “servicios instrumentales de gestión de vivienda” declarados son (1) la «captación de vivienda tanto de entidades públicas, entidades privadas, particulares y entorno eclesial», y (2) la «articulación de una cartera de viviendas que se adecúe, desde el punto de vista geográfico, a la demanda y necesidad de las personas y familias».

En unas declaraciones que hizo el pasado marzo, Monseñor Iceta declaró ante un foro de empresarios y directivos que “lo más importante son las personas, no las estructuras, porque la Iglesia no es una entidad lucrativa” y añadió que el objetivo de su labor es “el cuidado de las personas y el bien común, que no es lo mismo que velar por el mejor interés”. Amén a todo eso. Hala bedi.

De V. Excia. Revma. fiel servidor, que besa Su pastoral anillo (Q.B.S.P.A.).

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El Obispo de Bilbao, Mario Iceta.

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