Paul Rudolph en Hong Kong (y Bilbao).

Javier González de Durana

Hace unas semanas publiqué aquí un post acerca de Richard Rogers y su futura torre en Garellano; como suelo hacer habitualmente, a continuación lo colgué en mi muro de Facebook. Uno de los comentaristas, tras leerlo, señaló que esta elevada construcción “quedará descafeinada en ese barrio ‘a lo Hong Kong’ en que se ha convertido Garellano” y yo, en broma exagerada, le contesté algo así como que Hong Kong me parecía París al lado de las torres de Garellano. De inmediato y comprendiendo la guasa, intervino desde la propia Hong Kong mi amigo Santi Caeiro para decir que le costaba “creer que esto sea París desde cualquier punto de vista”.

Pues bien, con la ciudad asiática en mente, quiero reseñar la interesante exposición que presenta The Center for Architecture, de Nueva York, sobre la obra de Paul Rudolph (Kentucky, 1918 – Nueva York, 1997) con el título The Hong Kong Journey, hasta próximo 2 de marzo, una exposición de dibujos, bocetos, fotografías y maquetas que desvelan un capítulo de su dinámica y productiva carrera arquitectónica que tuvo lugar en, precisamente, Hong Kong. Consta de tres proyectos que tuvieron variada suerte, pues uno se construyó, The Bond Center (hoy Lippo Bank), pero no los otros dos, la torre para The Sino Land Company, en Harbor Road, y tres residencias familiares en Plantation Road. La muestra ofrece una visión clara sobre el pensamiento y el proceso de trabajo de Rudolph, iluminando su creencia de que la arquitectura puede existir y resultar emocionante dentro del marco de estrictos requisitos funcionales y geografías adustas.

Un paréntesis local: Rudolph estudió con Walter Gropius en Harvard en 1940, realizó sus primeros proyectos personales en 1952 y fue decano de la Yale School of Architecture entre 1958 y 1965, teniendo como alumnos a futuras celebridades como Norman Foster y Richard Rogers, lo que, indirectamente, le vincula con Bilbao. Sin embargo, me cuesta encontrar rastros de su influencia directa en la arquitectura bilbaina del último medio siglo pero, puestos a apuntar algo y a riesgo de que Ricardo del Campo y José Luis Burgos me contradigan, me parece que el campus original de la Universidad del País Vasco en Lejona (1969-72) tiene ecos del americano. Aunque mayor hubiera sido su influencia en las instalaciones universitarias si el proyecto ganador del concurso convocado hubiese sido el de Javier Carvajal, quien hizo estrecha amistad con Rudolph, dejándose influir hondamente por él, a partir de haberlo conocido mientras el español realizaba en 1963-64 el Pabellón de España para la New York World’s Fair. La única obra de Carvajal en Bilbao -el diseño interior y exterior de Loewe (ya destruido)- fue de 1960, es decir, anterior a su contacto con Rudolph. También algo suyo puede encontrarse, según creo, en el Centro Especial de Enseñanza de La Ola, en Sondika, de Álvaro Líbano (1969-73).

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Paul Rudolph (en la imagen) fue una figura esencial del brutalismo americano durante las décadas 60 y 70.

Estos tres proyectos fueron concebidos durante la década de los años 80, momento a partir del cual Rudolph pudo trabajar en ese continente con una escala que no era permitida en su natal Estados Unidos. Trabajar y reflexionar sobre los efectos arquitectónicos y urbanísticos en tales condiciones, pues fue un profesional que no huyó de la escritura y la docencia como el medio para dar a conocer el sentido y el por qué de sus realizaciones, además de las consideraciones personales sobre los resultados de la actividad centrada en el diseño de edificios. Así, Rudolph en una conferencia de 1974, titulada simplemente Space, señaló: “Nuestras percepciones de la arquitectura cambian más que nuestras percepciones de las otras artes, a pesar de la relativa permanencia de la arquitectura. Esto se debe a que debemos usar la arquitectura y las condiciones de ese uso se modifican constantemente por asuntos tanto físicos como espirituales. Puede ser por el clima, la estación del año, nuestra época particular de la vida, nuestras actividades personales, nuestro estado de ánimo o los giros económicos, políticos o filosóficos del destino, pero lo más importante será modificado por nuestra lectura particular -y relectura- de la historia”.

Los tres diseños para la antigua colonia británica recogen respuestas a la topografía, la escala y el clima del territorio, dando cuenta de las condiciones existentes en el denso centro urbano de la ciudad: su difícil topografía y su complejidad vehicular-peatonal. El trabajo de Paul Rudolph aquí fue diseñado para satisfacer las necesidades humanas en un momento particular y exclusivo de un territorio sumamente singular.

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The Bond Centre (actualmente Lippo Bank).
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Dibujo de un alzado de Bond Center..
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Bond Center, detalle de las fachadas.

The Bond Center, iniciado en 1984 y completado en 1988 en el distrito de Admiralty, es una torre de oficinas doble, cuyas inusuales fachadas azules de muro cortina evocan a los osos koala trepando a un árbol. Hay tres grandes ventanales uno encima del otro a cada lado de las cuatro fachadas largas, girando alrededor de la estructura. Las columnas de soporte son visibles solo en la base de la torre. El diseño da como resultado un total de 58 planos diferentes y muchas ventanas de esquina. Ambas torres tienen plantas hexagonales, con una torre de 36 y otra de 40 pisos de altura que se ubican en un podio común de cuatro pisos. Las torres tienen 186 metros de altura. Se accede a los rascacielos a nivel de calle, así como a nivel de pasarela elevada y mediante un sistema de terrazas y pasarelas conectadas a la red peatonal elevada de Hong Kong. El gran vestíbulo está plantado y cubierto con granito español de color rosa. Las doce columnas principales son visibles en el vestíbulo y están diseñadas para parecerse a «bombas hidráulicas que sostienen el edificio«.

Este edificio es continuador tardío de los diseños del arquitecto húngaro afincado en París, Yona Friedman, autor del manifiesto La arquitectura móvil, cuyas teorías influyeron en el Movimiento Metabolista de los japoneses en los años 60, que contaba con arquitectos como Kenzo Tange, Arata Isozaki o Bernard Tschumi. Un ejemplo español y anterior a The Bond Center es el edificio Los Cubos, en Madrid, al borde de la M-30, diseñado en 1974 por los arquitectos franceses Michel Andrault, Pierre Parat, Aydin Guvan y Alain Capieu. La obra se realizó entre los años 1976 y 1981 bajo la supervisión del arquitecto Luis de la Rica y Castedo.

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Edificio Los Cubos (Madrid), 1974-81, Michel Andrault, Pierre Parat, Aydin Guvan y Alain Capieu.

Los proyectos sin construir de Harbour Road y Plantation Road son dos estudios de lo que Rudolph denominó “espacio específico”. Para la torre The Sino Land Company creó una forma arquitectónica muy particular a modo de torre cónica que era apropiada para la situación frente al puerto. El diseño es emblemático de su iconografía, configurándose como una declaración rotunda de su búsqueda formal para una estructura de torre que desafió las ideas simplistas del Estilo Internacional y refutó el eclecticismo de los posmodernistas. Por otra parte, el alojamiento para tres familias en Plantation Road, cerca de una cima montañosa, presenta enfoques alternativos a las soluciones residenciales humanas habituales en aquella zona; encaramado en una pendiente empinada, el proyecto está lleno de soluciones virtuosas para un edificio con una estructura y programa complejos.

Al definir y desarrollar sus prioridades de diseño a la hora de resolver sus grandes encargos, Rudolph no se identificaba con ninguna nueva tendencia de moda ni con los cambios de estilo, sino que se mantenía firme en sus primeras convicciones, las cuales en su personal evolución terminaron por clasificarle como un modernista tardío. Tampoco adoptó las teorías posmodernistas, que encontraba superficiales. No podía aceptar la tendencia ‘post-modern’ de aplicar un elemento aquí o una tapa de columna allí y distorsionar las formas simbólicas de la arquitectura clásica. Para él, esas proporciones auténticas y las técnicas de construcción originales se habían desarrollado en su totalidad para otra época y no eran transferibles: cada generación desarrolló su propia arquitectura con su propia tecnología contemporánea. Como modernista comprometido, por supuesto, creía que la integridad del edificio y su estructura se generaban a partir de su función y sus espacios internos. No era capaz de aplicar un estilo superficial al exterior de un edificio que no derivara de los espacios o funciones internas y externas: «Ignorar lo que es intrínseco a los edificios al colocar elementos extraños sobre el exterior es tan anti-Arquitectura que no veo ninguna justificación para ello. Conduce al mundo de las ferias. Ciudades como Tokio se están convirtiendo en Disneyland «.

La exposición ha sido comisariada por Nora Leung, arquitecta que obtuvo su título en Hong Kong, ciudad en la que vive y trabaja desde su estudio, Chau Ku & Leung Architects and Engineers Ltd., y en donde colaboró con Rudolph durante la construcción de The Bond Center.

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Arriba, maqueta de la no-construida torre para The Sino Land Co., 1989; abajo, dibujo para las tres viviendas en Plantation Road.
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Un comentario sobre “Paul Rudolph en Hong Kong (y Bilbao).

  1. Acabo de leer algo referido a Paul Rudolph, contado por Robert A. M. Stern, y no me resisto a ponerlo aqui:
    “En 1972, hubo una exposición que tenía algo que ver con el trabajo de Robert Venturi y John Rauch, montado en el Whitney Museum en esa pequeña galería en la esquina sureste. Fue un espectáculo brillante por la forma en que se instaló, una isla con forma lenticular retro-iluminada con transparencias de fotos, planos y letreros, etc. Fue una sorpresa, especialmente en el edificio de Marcel Breuer, y especialmente en aquel momento.
    Mi esposa y yo dimos una fiesta después en nuestro departamento. De pronto, Ricky Ulrich Franzen se me acercó y me dijo: ‘Bob, será mejor que vayas a la biblioteca’, nombre eufemístico para denominar la sala de televisión, ‘Denise y Paul Rudolph están a punto de matarse’. Tenían una discusión sorprendente sobre el tratamiento que Denise Scott Brown and Robert Venturi habían dado a la casa de apartamentos Crawford Manor en ‘Learning from Las Vegas’, en contraste, por supuesto, con Guild House. Tuve que separarlos. Mi esposa y yo prometimos no volver a tener fiestas con arquitectos. Es muy peligroso”.
    Crawfotrd Manor (1964-66, New Haven, Connecticut) es un rascacielos de 15 plantas, brutalista, de Rudolph, mientas que Guild House (1960-63, Filadelfia, Pennsylvania) es un diseño de Robert Venturi, John Rauch y Coppe & Lippincott, de 6 plantas, con mezcla de formas históricas con otras aparentemente vulgares. En ambos casos las construcciones estaban destinadas a acoger a personas de edad avanzada.
    Voy a buscar inmediatamente en ‘Learning from Las Vegas’ qué es lo decía el famoso matrimonio sobre la pieza de Rudolph.

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