Intervención en las galerías de Punta Begoña, Getxo.

Javier González de Durana

 

punta

La rehabilitación, con puesta en valor y uso, de las galerías de Punta Begoña constituye uno de los proyectos arquitectónicos vinculados con la historia reciente más singulares de cuantos se están llevando a cabo en el territorio de Bizkaia actualmente. Estas galerías fueron diseñadas por Ricardo Bastida y construidas entre 1919 y 1922 como complemento del palacete que el empresario Horacio Echevarrieta poseía en la punta de este singular acantilado desde 1910. Sólo cumplieron su función original hasta que la propiedad fue incautada por las tropas franquistas en 1937. En aquel momento fueron cedidas al mando naval italiano para uso como cuartel general de sus barcos fondeados en el Abra. En los años 40 se instaló en ellas Auxilio Social y tras el derribo del palacete en 1976 quedaron abandonadas. A partir de ese momento empezó su deterioro más grave, a pesar de que en 1991 pasaron a propiedad municipal.

Las galerías fueron declaradas bien de protección especial dentro del conjunto monumental del área singularizada de Getxo (Decreto 89/2011, del 22 de mayo), prolongando y ampliando la protección que ya les daban las Normas Subsidiarias de los años 80. Esta declaración obliga a adoptar las medidas necesarias para salvaguardarlas frente a cualquier amenaza.

La Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) es el órgano asesor y director de las acciones que se plantean en Punta Begoña.  El arquitecto y catedrático Agustín Azkarate coordina cinco grupos de investigación (Química Analítica Ambiental, Hidrogeología, Geotécnica y Medio Ambiente, Investigación en Medio Construido, Cátedra UNESCO Cultural Landscape and Heritage, y Conservación de Bienes Culturales) que trabajan para recuperar el conjunto de galerías y salones, en coordinación con el Ayuntamiento de Getxo. En total, alrededor de 70 investigadores e investigadoras de la UPV/EHU aportan sus conocimientos en diversas especialidades: historia del arte, antropología, arqueología, arquitectura, física, geología, historia, ingeniería, química, etc.

El proyecto, que ya inició sus trabajos, dispone de una ejemplar página web en la que se pueden seguir los pasos dados hasta ahora, los que se acometerán en el futuro y las razones por las que se está actuando en el modo que se actúa. Me ahorro entrar en los detalles para que consulte quien quiera la muy detallada web.

Hubo dos intentos de habilitar esos espacios para su uso como hotel, pero fracasaron, siendo el más sorprendente el impulsado por el grupo Barceló al creer que podría hacerlo con las pretensiones que tenía. Tan seguro estuvo de ello que en 2007 pagó al ayuntamiento de Getxo un aval de 8’6 millones de euros por disponer de ese derecho y garantizar la ejecución del trabajo si cumplía todos los demás requerimientos de conservación y adecuación del nuevo uso. LABEIN alertó de la extrema fragilidad de las estructuras diseñadas por Bastida, y el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Bizkaia exigieron una restauración científica de las mismas. La cadena hotelera terminó por desestimar la operación y perdió parte del aval. Los dos millones que quedaron en manos municipales, tras negociar la recuperación del dinero depositado, están sirviendo ahora para la rehabilitación de las galerías.

El problema no fueron las lógicas exigencias de los organismos de protección del patrimonio histórico, sino las enormes ambiciones de Barceló, pues pretendían construir en ese lugar un hotel de cinco estrellas ¡¡con 152 habitaciones!!

Cualquier persona que conozca el emplazamiento sabe que eso es de todo punto imposible, que el espacio requerido para semejante operación no existe, salvo que tal espacio sea creado, esto es, salvo que los depósitos geológicos del flysch existente tras las galerías (y en el que éstas se apoyan) sean literalmente devorados, vaciados desde la cota cero de la playa hasta el nivel del césped sobre el acantilado, y que ese vaciado se lleve a cabo subterráneamente hasta la misma colindancia con el edificio de viviendas que se halla donde décadas atrás estuvo el palacete de Echevarrieta. Lo cual dejaría a las galerías históricas sostenidas con pilares y estructuras suplementarias de nuevo cuño. Dado que todo lo que se instalase en el hueco así generado quedaría en un ambiente subterráneo, las 152 habitaciones requerirían la construcción de un edificio de importante volumen sobre la parcela situada justo encima de las galerías, desfigurando por completo el perfil de la cornisa de Atxekolandeta. La operación hubiera sido delirante, terminando por concitar la oposición no sólo de organismos del patrimonio histórico, sino también de los vecinos cercanos (de hecho, alegaron contra la iniciativa) y de los ecologistas. Entre todos, pienso que le hicieron un gran favor a la cadena Barceló al obligarle a renunciar a tal disparate. Al parecer el único partidario de llevar adelante la iniciativa era el Ayuntamiento de Getxo. La cadena hotelera tuvo que estar mal asesorada. Por supuesto, el emplazamiento es espectacular, pero un equipamiento hostelero de esa envergadura simplemente no cabe si no es acometiendo grandes y delicadas excavaciones, y desfigurando un paisaje que nadie quisiera ver alterado.

Otra cuestión. En el gran salón de la chimenea existen varias inscripciones franquistas como parte general de la decoración. Estas inscripciones se encuentran en la moldura curva que pone en contacto los muros con el techo. Debieron de realizarse cuando en los años 40 Auxilio Social se instaló en el lugar. Naturalmente, soy partidario de la retirada de esas inscripciones tanto por lo que representan como porque no aportan nada a la escenografía de la sala y porque fueron incorporadas a ésta muchos años después de haberse construido el lugar. Esas inscripciones no pertenecen de inicio al espacio construido en el que se encuentran.

Esto último me sirve para realizar un pequeño comentario sobre la retirada de la simbología franquista del escudo que remata la fachada del edificio de la Delegación de Hacienda en la Plaza Elíptica de Bilbao. Resulta del todo comprensible que su presencia ofenda a las víctimas del franquismo, así como a cualquier demócrata,  y con la Ley de Memoria Histórica en mano esos signos deben retirarse, pero se me plantea una pregunta acerca de si ello supone una mutilación de la notable obra del arquitecto Antonio Zobaran Manene, puesto que ese edificio nació así. El escudo no fue algo añadido por los vencedores para escarnio de los vencidos, sino que la construcción fue concebida con ese elemento como parte integral del diseño de su fachada. Cosa que no sucede con otros monumentos e inscripciones que fueron incorporadas a edificios o instalaciones preexistentes. Cuando se planteó la alteración del escudo -que ahora mismo se está realizando- tuve dudas sobre ello. Claro que después recordé a los muertos, a los exiliados, a los encarcelados durante años, las cunetas sin abrir, los abusos, las injusticias…, recordé mi infancia y juventud bajo el franquismo, y me dije: “que lo quiten”.

Me parece que en Punta Begoña es preciso olvidar cualquier plan de rentabilización económica (vía hoteles o equipamientos similares) y centrarse en el hecho de que semejante lugar debe ser de uso público con un leve contenido turístico. Si el asunto queda en lo que el equipo actual comprometido con la ejecución de la obra está realizando, sin más ni más, nada se podrá objetar a un proyecto impecable.

PB ascensor 1

Tan sólo puede encontrarse motivo para el desacuerdo en la ubicación de las escaleras y ascensor situados en un tramo intermedio de las galerías, constituyendo un elemento adherido incompatible con la naturaleza y carácter de la construcción. Es comprensible su necesidad dada la diferencia de cotas, por supuesto, pero no se entiende bien por qué se eligió ese emplazamiento. Es absurdo que se justifique con el argumento de que es panorámico y de que está realizado con materiales que impactan lo menos posible visual y físicamente. Lo panorámico es un valor desde las galerías y no desde un habitáculo de subida en el que se permanece durante medio minuto. Lo cierto es que el acero inoxidable impacta mucho, y los numerosos letreros y logotipos adheridos al cierre de la escalera hacen aún más intensa esa percepción. Desconozco si es un ascensor de uso temporal que será eliminado en el futuro, pero no lo parece, a pesar de que está previsto instalar otro ascensor en el extremo sureste de las galerías, permitiendo un recorrido lineal de todo el conjunto galerístico, cosa que ahora mismo no es posible. A falta de datos, uno diría que la ubicación idónea para el ascensor ya existente hubiese sido el extremo norte de las galerías, donde sólo existen unos jardincillos y un camino peatonal que conecta el paseo marítimo con la calle Atxekolandeta. Cabe suponer que existieron motivos de fuerza para que no fuera así; si no, ya digo, no se entiende.

El próximo miércoles 25 de octubre se celebrará una conferencia sobre este destacado lugar patrimonial de Getxo dentro del ciclo Arquitecturas y Paisajes de Bizkaia, que tendrá lugar en salón de actos de la Delegación en Bizkaia del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, de Bilbao, a las 19:00 horas. Otras conferencias dentro de este ciclo han sido «Las torres banderizas en el paisaje de Bizkaia», por Juan Manuel González Cembellín (jueves 5), y «Los tres polígonos de Begoña: Txurdinaga, Otxarkoaga y el Ensanche, del chabolismo al paisaje de un nuevo Bilbao», por Luis Bilbao Larrondo (miércoles 11); y mañana será «Caseríos, molinos, fraguas y la creación de los paisajes productivos y antrópicos de Bizkaia», por Alberto Santana Ezkerra (jueves 19).

 

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