/ Javier González de Durana /
El propósito de ArquiLecturA es dar a conocer ideas, reflexiones y puntos de vista acerca de la arquitectura que hoy se realiza en Bilbao y en el entorno regional más o menos próximo a esta ciudad. En principio, tales ideas serán las del promotor de este blog, pero opiniones ajenas -caso de manifestarse- tendrán cabida como comentarios a las entradas que se irán introduciendo.
ArquiLecturA, por tanto, es un lugar para escribir y leer sobre la arquitectura que se lleva a cabo en un área geográfica que históricamente, sobre todo durante el último siglo y medio, ha gestado edificios y construcciones de elevada calidad a partir de las posibilidades económicas propiciadas por un moderno, singular y remarcable desarrollo industrial, financiero, comercial y, en consecuencia, por su significativo crecimiento poblacional. La nómina de arquitectos e ingenieros sobresalientes -desde los locales Alberto de Palacios, Severino Achúcarro y Pablo Alzola hasta la actualidad con figuras internacionales como Frank Ghery, Norman Foster, Rafael Moneo, Álvaro Siza…, las ingenierías de Javier Manterola, Juan José Arenas de Pablo, IDOM, INBISA…- es larga y la relación de obras diseñadas por ellos (existentes aún hoy o desaparecidas ya) revelan que la arquitectura ha acompañado los pasos dados en otros campos hacia la constitución de una sociedad avanzada en términos de habitabilidad, confort, sofisticación tecnológica, ordenación y atractivo visual tanto de los inmuebles e infraestructuras, vertebradores de un todo social (la ciudad), como de sus interiores formalizados en ámbitos privados y públicos (viviendas, lugares de trabajo, ocio, comercio…).
Sin embargo, las acciones de arquitectura no han estado habitualmente acompañadas por empeños de divulgación y reflexión en torno a ella. Los momentos en que Bilbao ha dispuesto de foros mediante los que dar a conocer el pensamiento de arquitectos o analistas acerca de los elementos construidos que iban apareciendo en el espacio público no han sido frecuentes.
Antes de la guerra civil tan sólo dos revistas cubrieron ese espacio informativo y de posible debate: La Construcción y Las Artes Decorativas (1922-24) y Propiedad y Construcción (1924-1936). Aunque la arquitectura fue el centro de atención de ambas publicaciones, sus contenidos fueron redactados sobre todo por analistas no-arquitectos, Enrique de Ocio y Urreta, Damián Roda y, especialmente, Enrique Loygorri de Pereda, con su sección “El progreso urbano de Bilbao” en la segunda de las revistas citadas.
Después de la guerra se tuvo que esperar a que el arquitecto Juan Daniel Fullaondo pusiera en marcha la magnífica Nueva Forma (1966-75). Aunque dirigida desde Madrid y con proyección nacional, Nueva Forma dedicó números insuperables a Bilbao, la historia y el presente de su arquitectura, explicada y conocida como nadie lo había hecho con anterioridad. Todos los que nos interesamos por la arquitectura siendo jóvenes en los años 70 tenemos en Fullaondo al maestro que condujo nuestros primeros pasos en este campo, señalándonos un camino de rigor y brillo intelectual de elevada altura. Las relaciones que establecía entre los poemas de Miguel de Unamuno, Blas de Otero, James Joyce y Ezra Pound con la escultura de Chillida y Oteiza, las arquitecturas de Richard Neutra y Claude Parent, y la lluvia sobre las fachadas y el pavimento de las calles de Bilbao eran deslumbrantes. Sin ser historiador, suya fue la primera formulación evolutiva de la arquitectura moderna en Bilbao según generaciones a partir de 1875. La labor editorial y teórica que desplegó fue espléndida y Bilbao -esta ciudad ingrata en ocasiones- le debe un reconocimiento y un recuerdo.
Un breve intento por retomar y prolongar el espíritu de Nueva Forma se manifestó en la revista Común. Arte, Arquitectura, Pensamiento, Ciudad, bajo la dirección del crítico de arte Santiago Amón, quien antes había dejado su huella en Nueva Forma. Mezclaba disciplinas en términos generales, sin atender a las realizaciones concretas, pero con un espíritu revisionista y crítico. Fue un marco amplio que hubiera podido fertilizar el ambiente, pero no duró mucho tiempo (1979-80), publicando sólo cuatro números.
A finales de los años 80 y principios de los 90 aparecieron dos revistas de muy diferente carácter. Composición Arquitectónica. Art & Architecture (1988-93), realizada en Bilbao, se caracterizó por su lujoso diseño físico y la mirada internacional, aunque muy vertida hacia una sensibilidad arquitectónica específica. No atendió a lo que sucedía en el entorno inmediato (de hecho, creo recordar que en los diez números que aparecieron sólo se vio un artículo dedicado a Manuel Galíndez, es decir, un tema histórico). Elaborada y dirigida desde Vitoria, A+t. Revista de Tecnología y Arquitectura ha vivido dos etapas: en la primera a partir de 1991 atendió el territorio de la comunidad autónoma, centrándose en proyectos puntuales tanto privados como institucionales, no en vano fue una publicación financiada desde el Departamento de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, mientras en la segunda y actual etapa, con formato físico y digital, se prolonga como proyecto personal del equipo de arquitectos que la ha venido impulsando (a+t architecture publishers), posee una mirada más abierta e internacionalista muy distinta de la etapa previa. Ha dado a luz cuarenta y tres números hasta 2014.
Arte y Cemento, decana revista asentada en Bilbao desde 1958 hasta que la multinacional que la compró (la holandesa Reed Business Information) decidió trasladarse de esta ciudad el año 2013, ha sido otra peculiar vía divulgadora de arquitectura, centrada tanto en los servicios y la información práctica (publicitaria y descriptiva) como en el análisis de arquitecturas y problemáticas concretas desde un planteamiento de atención nacional. Ha publicado más de dos mil ciento cincuenta números.
Paralelamente, el territorio de la historia de la arquitectura local ha estado atendido tanto por historiadores del arte como por arquitectos. Nieves Basurto, Maite Paliza, Alberto Santana, Javier Muñoz Fernández, Gorka Pérez de la Peña, yo mismo…) hemos estudiado edificios, épocas y situaciones. De otra parte, los profesores en las escuelas de Barcelona y San Sebastián, José Mª Mendieta / Manuel Olazábal / José Ángel Sánz Esquide y Javier Cenicacelaya / Iñigo Saloña, abordaron temas que iban desde el neoclasicismo hasta el racionalismo; en paralelo, otros profesionales del sector han sido activos, como Elías Más Serra, quien desde las páginas del periódico municipal Bilbao ha prestado atención tanto a colegas suyos de otras épocas como a arquitectos actuales y sus proyectos, o Joaquín Cárcamo que ha analizado puentes, muelles y arquitecturas fabriles, los hermanos García de la Torre han destacado en la difusión de las piezas de arquitectura más relevantes de esta ciudad, Iñaki Uriarte ha actuado como celoso velador de cuanto acontece en los márgenes de la ría… Impagable está siendo la tarea de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVPIOP) y sus miembros asociados en su defensa y estudio, desde hace décadas, de la arquitectura industrial y las infraestructuras históricas, víctimas de innumerables atropellos y desconsideraciones por parte de autoridades públicas y promotores privados.
Como es lógico, numerosos arquitectos bilbaínos y vascos han escrito artículos en otras publicaciones profesionales, tanto nacionales como extranjeras. No es que haya una especie de tendencia ágrafa en el sector, sino que por lo habitual los arquitectos se limitan a explicar los proyectos personales, resúmenes de las Memorias de los trabajos en los que se encuentran inmersos.
Realmente, en nuestra sociedad no hay mucho debate sobre arquitectura y las reflexiones o conversaciones quedan inmersas en el círculo delimitado por las relaciones personales profesionales y en las aulas de la Escuela de Arquitectura. Algo que, por otra parte, también sucede en el sector de las artes visuales.
ArquiLecturA carece de la pretensión de elaborar profundas meditaciones sobre nuestra realidad arquitectónica. Un formato digital como éste no es el lugar más adecuado; el libro sigue siendo el soporte fundamental para esas articulaciones. Pero un blog sí puede ser un buen sitio para pulsar la actividad profesional, lanzar preguntas o formular ideas en torno a ello. Unas lecturas para ver y entender arquitectura con un poco más de información, si acaso. Sin más. Unas veces serán opiniones basadas en informaciones periodísticas a las que se intentará encontrar entre líneas lo que no se expone abiertamente, y en otras ocasiones haremos descripciones de las consecuencias promovidas por actuaciones que nos aseguraban aspirar al logro de otros objetivos. Vigilaremos las rehabilitaciones llevadas a cabo en edificios históricos y analizaremos proyectos de nueva planta dentro de los contextos en los que acontecen, sea una pequeña reforma en un edificio racionalista de los años 30 acometida por un arquitecto joven o sea la quinta torre de Garellano encomendada, al parecer, a Richard Rogers.
No ya debates; más allá de lo mediático apenas existen conversaciones sobre la arquitectura que nos envuelve. La arquitectura es un acto humano que toma cuerpo en el mundo de los seres humanos y, por ello, es juzgada a partir de lo que significa la apariencia que muestra y los intereses que enmascara, oculta o no se hacen evidentes de entrada. Todo es justificable, bien desde la razón bien desde la emoción. Es posible que los debates sean inútiles en arquitectura, campo en el que los intereses económicos imponen férreos marcajes; es probable que sólo aprendamos de los errores una vez hemos pagado el precio de la desobediencia al interés común. Casi con total seguridad, este blog será un soliloquio. Cada uno hace lo que puede y sabe. Cansado de que periódicos y revistas de divulgación general centren sus mensajes en arquitectos-estrella y las sorprendentes piruetas de que son capaces (más alto, más caro, más bizarro o curioso, “es lo que el público quiere ver y conocer”, se nos dice), aquí se atenderá a lo cercano y cotidiano, lo que hace que nuestro día a día sea como es, procurando entenderlo a través de los espacios que habitamos y habitaremos, mirando los detalles y escuchando los silencios. Leyendo edificios, es decir, escribiendo sobre arquitectura, con voluntad de comprender qué, cómo, por qué y cuál es su significado, hoy, aquí.
Me parece una iniciativa interesantísima, esperamos las nuevas entradas. Creo que es muy acertada la elección de la imagen que sirve de frontispicio, gozoso ejemplo de lo que debería ser una ciudad (¡querido Lorenzetti!).
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Jaione. Espero responder a las expectativas que está levantando este foro. Será importante para su buena y fructífera marcha que los que conocéis bien esta ciudad y entendéis de arquitectura, como tú, participéis con comentarios a las entradas que publique. ¡¡Y que me deis caña!! La idea es publicar, al menos, una entrada larga (1.500 palabras más o menos) cada semana, sin excluir que al hilo de algunos acontecimientos de actualidad publique otras más breves. Ya veremos. La próxima entrada será el próximo jueves 10, pasado mañana.
Me gustaMe gusta
Se agradece sin duda un espacio para el análisis y la reflexión sobre el mundo de la arquitectura que nos rodea. Los que llevamos ya tiempo tanto en la práctica de la profesión como en labores de investigación y divulgación echamos en falta una mirada diferente, crítica y sosegada hacia la «insoportable levedad de la arquitectura actual». Saludos y enhorabuena por la iniciativa.
Me gustaMe gusta
Trataré de estar a la altura de la tarea, Bernardo, y agradezco sinceramente tus palabras, que por venir de ti representan un importante aliento para afrontar lo que me propongo. Lo has interpretado bien, intentaré tocar el suelo y pasar de los «estrellas», que ya han vendido suficiente; ya va siendo hora de poder recuperar el trabajo de tantos arquitectos con minúscula, con recursos y medios moderados,
pero que hacen una arquitectura a escala humana e intentan resolver de forma muy digna los problemas diarios del momento que vivimos.
Me gustaMe gusta
Felicito con efusión tu iniciativa, Javier, tan necesaria. Con relación a tu artículo sobre La Metáfora Naval…cabría mencionar un ejemplo no bilbaino pero sí bermeano, muy logrado e interesante: la casa KIKUMBERA de Arzádun. Merece la pena darse una vuelta por allá para recordarla. Saludos.
Gotzon MADARIAGA
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Gotzon. Pensé en el bermeano ‘Kikumbera’ al proponerme mencionar edificios afectados por algún tipo de forma naval, pero decidí no citarlo para no hacer muy larga la lista y por centrarme en Bilbao, no ya en el espacio de la ría, sino en el municipio de Bilbao. Otros casos más cercanos serían la Escuela de Náutica, en Portugalete, del arquitecto Luis Larga (el mismo que trabajó en la basílica de Aránzazu con Javier Saenz Oiza), o el Instituto de Ciencias de la Educación, ICE, al pie del puente de Deusto, obra creo recordar que de Elías Más.
Me gustaMe gusta