/ Javier González de Durana /

José Manuel Ballester, Nantes, fotografía digital, 1984 / Eduardo Chillida, sin título, tinta / papel, 1958.
En los dibujos informalistas realizados por Eduardo Chillida durante los años 50 de siglo pasado se dio una doble conjunción: el carácter caligráfico en el desarrollo de los trazos al tiempo que un deambular, libre e impremeditado, de la mano que sujetaba el lápiz o el pincel sobre la superficie del soporte. Este segundo tipo de movimiento implicaba a todo el cuerpo, no sólo a la mano como extremo del brazo, pues el gesto comprometía al organismo del artista por entero, estuviera sentado o de pie, ya que la actividad final de la mano dependía del desplazamiento del brazo y este, a su vez, de la postura del cuerpo. Era el flujo de la conciencia inconsciente, la conciencia movilizando la mano sin demasiado control mental, el cerebro enfocado no desde el saber concreto, sino desde el querer indefinido. Así que, al estar condicionada, la autonomía de la mano era relativa, fruto simultáneo de la actitud corporal, la reiteración más o menos espontánea del signo y la pulsión del inconsciente.
José Manuel Ballester me envía desde la ciudad francesa de Nantes la fotografía de una fachada medianera en un edificio local. Ha advertido las huellas dejadas por unas grietas y le han llamado la atención; de ahí su fotografía. No me ha hecho ningún comentario junto con la imagen, pero creo haber entendido su intención. El edificio es antiguo, del siglo XVIII o anterior. En esa fachada lateral aparecieron unas fisuras, de desarrollo sobre todo vertical, que han sido recientemente selladas para impedir la entrada de agua, no para eliminar las causas que las hicieron aparecer. Las causas de este tipo de daños estructurales pueden ser varias: el peso del inmueble sobre un suelo poco estable y débil, el envejecimiento y dilatación de los materiales constructivos debido a los cambios de temperatura y humedad, la erosión causada por el agua tanto interior (grifos, baldeos…) como exterior (lluvia y meteorología en general). El neto contraste cromático entre la masa recientemente introducida en los huecos y el paramento histórico formaliza un dibujo de grandes dimensiones.
Así pues, la manera en que el cuerpo del edificio se asienta sobre el terreno unida a la mayor o menor solidez de vigas y muros junto a la fuerza imprevisible de la Naturaleza terminan por trazar sobre el muro unas líneas equivalentes a las del artista, líneas debidas a comportamiento y circunstancias similares en uno y otro. El artista y la arquitectura son sistemas complejos, es decir, conjuntos de muchos elementos de diferentes clases que interactúan en todas las direcciones, todos con todos. Por lo tanto, son cambiantes y variables, pues las interacciones no suelen ser siempre las mismas en todos los casos, para todos los artistas en todos los momentos de sus vidas, para todos los edificios asentados sobre cualquier tipo de emplazamientos.
Buena reflexión para , también, hablar sobre el realismo y la abstracción…
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Gracias, Vicente. En efecto, si las marcas en la pared del edificio son realidad, ¿por qué es abstracción el dibujo de Chillida?
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