/ Javier González de Durana /

Entré en la web del Isabella Stewart Gardner Museum, de Boston, para conocer cómo se las había arreglado Renzo Piano en 2012 para elaborar un plan de cara a la conservación actualizada y ampliación de esa institución museística cuando, inesperadamente, encontré algo que me llevó a París y, a continuación, a Bilbao, aunque el extraño recorrido también puede entenderse en sentido contrario. Hay que remontarse a finales del siglo XIX, pero… vamos por partes.
El Isabella Stewart Gardner Museum abrió sus puertas el año 1903 en un palacio de estilo veneciano mandado construir por la titular del mismo, una adinerada coleccionista, para exhibir su colección de más de 2.500 pinturas, esculturas y artes decorativas, incluidos tapices, muebles, manuscritos y textiles de los cinco continentes. El notable incremento del número de visitantes durante los últimos años, junto con el cada vez mayor número de eventos especiales celebrados en su interior, comenzó a restar valor al propósito inicial de las salas y sus colecciones. Para contrarrestar esto, el museo solicitó a Renzo Piano Building Workshop un proyecto de ampliación mediante el que ganar suficiente espacio adicional y, así, devolver las salas del palacio a su función originaria. La nueva ampliación se ubica en los jardines del museo, a corta distancia del edificio histórico, con el que se halla conectado por un pasillo de cristal. El nuevo edificio, de cuatro plantas y sobria cubierta, está revestido con cristal y paneles verdes de cobre. La ampliación se compone de cuatro volúmenes separados, pero unidos por espacios de circulación acristalados que incluyen una gran escalera central. Cada volumen alberga un programa diferente del museo: auditorio, salas de exposiciones temporales, educación… El gran sacrificado es el jardín, ya que ha perdido su anterior amplitud para quedar sustancialmente reducido a unos pasadizos arbolados.

El edificio histórico a la derecha y la ampliación en el centro e izquierda.

Planta de la nueva situación con el palacio «veneciano» y su patio central a la derecha, y las instalaciones nuevas en el centro e izquierda.
Vamos ya al itinerario de extraño recorrido. En marzo de 1990 este museo sufrió un importante robo la noche de la festividad de Saint Patrick, importante en Boston. Varias pinturas de Rembrandt, Tormenta en el mar de Galilea y Una dama y un caballero, Vermeer, El concierto, Manet, Chez Tortoni y Govert Flinck, Paisaje con obelisco, entre otras, fueron sustraídas por un par de sujetos que, disfrazados de policías, llamaron a la puerta, asegurando que habían recibido una llamada de alarma. Los dos vigilantes de seguridad, confiados por los uniformes, les dejaron entrar. Tras ser reducidos, maniatados y llevados al sótano, los ladrones camparon por el interior del museo durante más de ochenta minutos. Pudieron elegir con calma 13 piezas. Al parecer fue obra de la mafia italiana local, pero no se pudo demostrar fehacientemente, aunque todos los sospechosos, menos uno, fueron muriendo en «extrañas circunstancias» en los años siguientes. Los objetos robados no han sido recuperados aún. Hay un excelente documental de cuatro capítulos en Netflix llamado Esto es un atraco. El mayor robo de arte del mundo. Totalmente recomendable.
Bueno, el caso es que entre las piezas sustraídas había cinco dibujos de Edgar Degas. Al ver dos de ellos, titulados Study for the Programme de la soirée artistique du 15 juin 1884, la memoria me trajo un recuerdo antiguo. Cuando realicé la investigación para mi tesis doctoral sobre el pintor Adolfo Guiard, hace mas de cuatro décadas, me puse en contacto con sus familiares, que no eran muchos ni descendientes directos, sino de una de sus hermanas, y estaban en México, como exiliados a causa de la guerra civil. Ellos me dieron los datos de la persona que en el País Vasco había custodiado los objetos que habían quedado en el estudio de Guiard al fallecer éste en 1916. Localicé a esa persona. No eran muchos los objetos conservados, algunas pinturas y dibujos de juventud, algunos libros traídos de París (los de Huysmans, Zola y Goncourt que Guiard prestó al Unamuno joven), algunas fotos, catálogos y folletos… Entre ellos estaba este programa de mano cuya imagen pongo a continuación.

Programa de mano original que fue propiedad del pintor Adolfo Guiard.
Es una litografía de imprenta industrial que utilizó un dibujo realizado por Degas con espacio reservado en el cuarto inferior izquierdo para incluir en su interior el contenido del programa artístico y musical que anunciaba lo que estaba destinado a convertirse en folleto de mano. Sus medidas son 27’7×38’8 cm. En la imprenta el dibujo quedó litografiado al revés, de ahí que la firma de Degas, arriba a la derecha, se vea invertida. A continuación ofrezco la misma imagen, pero invertida, con el espacio para inclusión del programa vacío y la firma de Degas perfectamente legible.

Programa de mano con los lados invertidos.
Degas elaboró esta idea al carboncillo sobre papel en, al menos, dos versiones y ambas estaban entre las piezas robadas. En los originales la firma se halla en el ángulo inferior izquierdo, pero en la imprenta cambiaron su ubicación para ponerla arriba. Puede ser que hubiera una tercera versión, la utilizada en la imprenta y hoy perdida, ya que ninguna de las dos versiones del museo se ajusta exactamente a la imagen litográfica; en ese hipotética tercera versión la firma pudo estar donde la litografía la presenta, arriba. El catálogo de dibujos del museo, publicado en 1968 (Drawings, Rollin van N. Hadley, ed., pp. 65-66), los reproducía así:

Versión B: 24’6×31’4 cm.

Versión A: 26’6×37’6 cm.
La imagen de Degas es confusa, como poco: una pareja de bailarines apuntando con los dedos de los pies (la mujer con tutú y zapatillas), una mujer sosteniendo páginas encuadernadas en una mano (en la versión A se ve claramente que se trata una cantante sosteniendo una partitura), la parte superior del cuerpo de un hombre con sombrero y peluca del siglo XVIII, barcos de vela en un puerto (tan esquemáticos en la versión B que es imposible decir qué representan las líneas dibujadas), dos chimeneas escupiendo humo, el mástil y clavijero de un violoncello que oculta parcialmente un arpa, con el arco ilusionisticamente dibujado sobre -en lugar de detrás- la parte superior del cuadrado en blanco (ilusión que desapareció en la imprenta al introducir el texto del programa)…., todo fragmentario y en aparente desorden. ¿Podía tener algo que ver con el programa artístico de aquella «soirée»? Veámoslo.

La primera parte del programa contenía un «aria para arpa y violoncello», de G. F. Haendel (1) y un «sólo de arpa», de Alphonse Hasselmans (6), así que la presencia de esos dos instrumentos musicales en el dibujo de Degas está justificada. El «aria de las joyas» (2), perteneciente a la ópera Fausto, de Charles Gounod, justifica la presencia de la cantante con la partitura en su mano. El «fandango» de Gaston Salvayre, ballet en un acto interpretado durante el intermedio de la «soirée», explica la presencia de la pareja de bailarines. En la segunda parte del programa hay una escena interpretada por Agnès, la muchacha ingenua e inocente de la comedia L’École des femmes, de Molière, lo que da sentido a la presencia del personaje con sombrero y peluca (9). Los mástiles de barcos podría venir a cuento de la canción «yo estaba solo cerca de las olas», incluida en la Nuit d’étoiles, de Charles-Marie Widor (10). Para lo que no encuentro explicación es para las dos chimeneas humeantes, aunque deben de tenerla. En todo caso, resulta patente que Degas realizó este dibujo en función del contenido programado para la velada artística del 15 de junio de 1884, a la que asistió Adolfo Guiard.
Entre los demás contenidos dejados por Guiard en su estudio había también un pequeño dibujo a plumilla sobre papel vegetal, de 9’5×23 cm, con varias bailarinas de ballet que, en aquel momento, atribuí al propio Guiard, dada la amistad y admiración que tenía hacia el impresionista francés, pero ahora ya no estoy tan seguro de la autoría del bilbaíno y pienso que pudo estar dibujado por el mismo Degas; el estilo dibujístico es común a ambos. Es éste.

Guiard, que vivió en París entre 1879 y 1885, asistió a aquella velada artística, siendo razonable suponer que también acudiera Degas. El lugar donde sucedió, según el programa, era la Galerie J. A. Ponsin, en el 34 de la rue Fortuny, edificio que hoy lleva la numeración 42. Se trata de un inmueble neo-renacentista construido en 1879 por el arquitecto Alfred Boland para el maestro vidriero Joseph-Albert Ponsin, apodado «Vitrarius», quien tuvo aquí residencia, taller y un espacio para presentar sus trabajos al público. Los vitrales de vidrio soplado, moldeados y producidos en Saint-Gobain por Ponsin eran muy solicitados y él, un artista reconocido y premiado. En su casa las ventanas estaban decoradas con vidrieras diseñadas por él, lógicamente, pero en esta calle Fortuny, en la casa que entonces era número 35, vivió en aquellos años y hasta 1885, Sarah Bernhardt para la que Ponsin realizó dos vitrales en los que representó a la actriz respectivamente en el papel de Reina en la obra Ruy Blas, de Victor Hugo, y el del trovador Zanetto en Le Passant, de François Coppée. ¿Asistió también la actriz a la «soirée artistique» organizada por Ponsin? Es posible, su casa estaba justo en la acera de enfrente hasta que fue demolida. ¿Asistió el matrimonio bostoniano Gardner, que durante la década de los años 80 recorrió Europa comprando las obras de arte que después exhibiría en su palacio «veneciano»? Es posible, pero la posesión de los dos dibujos de Degas no lo probaría porque fueron adquiridos en la Galerie Georges Petit, de París, el 2-4 de julio de 1919 (lotes 258a y 258b), por 330 francos cada uno, con motivo de la venta de pinturas, pasteles y dibujos procedentes del taller de Degas.

Esta es la casa-galería-taller de Joseph-Albert Ponsin, donde tuvo lugar la velada artística, 34 de la rue Fortuny.

Vidrieras de Ponsin en la que retrató a Sarah Bernhardt, como Reina y como Zanetto, para las dos ventanas de su casa en la rue Fortuny, 194×87 cm cada una.
Sólo se conoce la existencia de dos ejemplares de este programa en su versión litográfica, uno está en la Liszt Collection y el otro, el que perteneció a Adolfo Guiard, se halla en colección privada de Bilbao. Los dibujos originales de Degas y quizás todo el lote robado en el Isabella Stewart Gardner Museum es posible que se encuentren en algún emirato árabe o en una caja enterrada en el sótano de un almacén abandonado del puerto de Boston… El museo bostoniano ofrece 10 millones de dólares a quien ofrezca información que permita su recuperación.