Ultra Alta Tensión Arteche: estrategia de camuflaje

/ Javier González de Durana /

Al circular a 120 km/h por la autovía hacia Mungia, tras descender Artebakarra, de pronto, a la derecha, durante años tuve la incierta sensación de haber observado un área de fugaces destellos, a poca distancia, sin llegar a estar seguro si la causa era algo material o una insólita descarga de relámpagos. Duraba muy pocos segundos y, claro, yo tenía toda mi atención puesta en conducir el automóvil. Desde hace algún tiempo, ahora ya sé que es un edificio, pero la incierta sensación se repite cada vez que voy a Mungia por esa carretera. Al principio, lo puedes estar mirando, pero probablemente no lo estás viendo y cuando, por fin, lo ves te preguntas cómo es posible que no te hubieses dado cuenta antes de su existencia. Es enorme y pasa desapercibido, casi fantasmagórico. Este edificio camufla su presencia entre los colores del cielo y las luces del ambiente envolvente, haya sol o lluvia, esté nublado o despejado, sea de día o de noche, se mimetiza con la atmósfera de su entorno de un modo discreto, casi exquisito.

Algunos de los edificios más discutidos y relevantes del siglo XXI se caracterizan por ser singulares y llamativos. Hay proyectos que exaltan la autonomía de la arquitectura a cambio de la renuncia a establecer relaciones de amable naturalidad con el lugar en que esos proyectos, ya como piezas edificadas, se instalan. Sin embargo, a lo largo de los últimos años ha ido cobrando relevancia un tipo de proyecto que marcha en dirección contraria. Al protagonismo del edificio icónico, este otro contrapone su neutralización al plantear una arquitectura que hace lo posible por pasar desapercibida, aceptando cierto grado de invisibilidad. Es decir, hay quien prefiere desplegar estrategias para anular la visión de lo arquitectónico sin renunciar a la arquitectura.

Hace ya más de una década, el año 2013 en las inmediaciones de Mungia, se inauguró el edificio destinado a Laboratorio de Ultra Alta Tensión perteneciente a Electrotecnia Arteche Hnos. S.A. , grupo empresarial que enmarca su actividad dentro del sector eléctrico, desde la generación hasta la distribución, especializándose en la industria de equipos, componentes y soluciones eléctricas, para lo cual cuenta con trece factorías en Europa, América, Asia y Oceanía, incluyendo seis centros dedicados a la investigación, y cuenta con más de 2.700 empleados y empleadas en todo el mundo.

Con un diseño del arquitecto Javier Aja Cantalejo (ACXT / Idom), el proyecto de ese laboratorio supuso la construcción de una nave diáfana de 57 m. de longitud, 30 m. de anchura y 27 m. de altura útil libre interior, conformando una «Jaula de Faraday para ensayos dieléctricos de transformadores de medida hasta 850 kV» (sea esto lo que sea). En su momento se dijo que era el único laboratorio de este tipo en España (puede que continúe siéndolo hoy) y uno de los pocos existentes en todo el mundo. Recibió premios de prestigio y reconocimientos destacados.

La nave principal se halla dividida en tres espacios, adecuados para ensayos de choque, resonancia y medidas de precisión. Anexo al espacio principal, se encuentra un bloque con vistas al área de ensayos que cuenta con salas de control/recepción, de reuniones y para presentaciones ante 60 personas. En lo técnico-constructivo, la mayor dificultad consistió en levantar una estructura hueca de 27 m. de altura sin que un núcleo estructural interior ayudase a sostener la envolvente. Una dificultad que se veía acrecentada por los vientos existentes en la zona y porque tres caras de las cuatro fachadas del prisma contienen grandes vanos que son las puertas por donde se introducen los alternadores.

En lo que a este blog interesa, debe decirse que la apuesta de Arteche por la innovación se manifiesta en todos sus campos de actuación, incluidas unas fachadas de acero inoxidable que con evanescente apariencia provocan dudas acerca de lo que hay y lo que no hay ante las miradas. Según palabras de sus propios creadores, se trata de “una fachada metálica pulida que vibra y se quiebra a lo largo de su perímetro, permitiendo la integración en un volumen tan importante en el entorno en el que se halla, caracterizado por edificaciones de altura sensiblemente inferior a las de este edificio”. Esa fechada es una gran pantalla o mampara, formalmente muy depurada y producida con un metal reflectante.

Por lo general, la presencia de un gran edificio industrial en un entorno marcadamente rural aconseja su fragmentación en un conjunto de pequeñas unidades fabriles. Sin embargo, en este caso, al margen de que tal fragmentación no era operativa para la actividad del laboratorio que Arteche buscaba, la escala de la construcción constituía, en sí misma, una gran fuente de energía y fuerza presencial, reflejo de la actividad humana en su interior y de su inserción en el paisaje.

La piel que cubre el frente del edificio está constituida por una zigzagueante cortina metálica, pulida y brillante. Los pliegues de tal cortina actúan como instrumentos ópticos, dando la impresión de multiplicar o reducir los rayos de luz. De este modo, el paisaje se refleja, se separa y se amplifica con sutiles distorsiones de color y forma. El movimiento de la luz se transcribe así sobre el espejo plegado que constituye la fachada metálica. La naturaleza está presente en todas partes. El juego de los reflejos de luz e imágenes deforma el lugar y sus bordes, impidiendo hacernos una idea precisa de las dimensiones reales de la arquitectura por disgregación de su masa volumétrica. Este diseño tan sólo hace aparecer afilados el borde superior del volumen, recortado contra el cielo, y las nítidas líneas verticales entre pliegues a su alrededor. Su diseño persigue el monolitismo de la forma mínima, en un intento de máxima abstracción y desmaterialización, conseguido a través de grandes y estrechas planchas metálicas, y una forma pura y elegante que trae a la memoria las indumentarias «pleats» de Issey Miyake además de, cómo no, algunas construcciones de Dominique Perrault y, más cerca de nosotros, el trabajo de los donostiarras VAUMM en los ascensores de Alaberga, en Errenteria. Espléndidos ejemplos, todos ellos, de colaboración entre la arquitectura y la ingeniería.

Interior del Laboratorio de Ultra Alta Tensión Arteche.

La especial relación del Grupo Arteche con la arquitectura tiene un prestigioso antecedente en el edificio para sus oficinas diseñado por Juan de Madariaga entre 1969-70 y que, situado en las cercanías del Laboratorio, se mantiene en perfecto estado de conservación y uso, no como otras obras de Madariaga que, por desgracia, han desaparecido en los últimos años, siendo lamentable la reciente destrucción del edificio de oficinas para Cromoduro, de 1965, en Zorrotzaurre.

Todas las fotografías son de Aitor Ortíz, reproducidas aquí con su permiso.

2 comentarios sobre “Ultra Alta Tensión Arteche: estrategia de camuflaje

  1. Egun on, Javier. Mi nombre es Javier Nadal y soy un bilbaino afincado desde hace bastantes años en Donosti, que disfruta con tus artí­culos. Como recuerdo varios que has escrito sobre Donosti -el derribo de la Estación del Norte, la pasarela de Miramón, …-, me atrevo a sugerirte otro: el edificio del Basque Culinary Center que esta entidad, con financiación del Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco, está empezando a construir en la Avda. de Navarra, junto a la Casa de Cultura de Okendo, a cien metros de la playa de La Zurriola, en una parcela municipal destinada a zona verde y equipamientos locales en el Plan General. Como era de esperar, la ubicación en esa parcela de un gran edificio, que ocupa el doble de lo permitido en el Plan General para las dotaciones previstas, destinado a, entre otras cosas, una enseñanza bastante elitista -la matrí­cula ronda los diez mil euros el curso- y a usos relacionados con la hostelería -se admite en esa parcela un importante uso terciario-, la alimentación, la investigación, emprendimiento, …, ha sido contestada por varias asociaciones vecinales, ecologistas, … En concreto, la Asociación de Vecinos de Ulia ha interpuesto tres recursos contencioso-administrativos: contra el plan especial de ordenación del ámbito en el que se encuentra la parcela; contra la licencia; y contra la cesión gratuita de la parcela municipal. También han presentado una denuncia por falta de estudio del suelo que consideran que puede ser un suelo contaminado. Te remito un informe jurí­dico -soy un jubilado del Ayuntamiento de Donostia en el que mi último puesto se denominaba Técnico Superior Jurí­dico Urbanista- que preparé sobre el asunto, un poco limitado en cuanto a los temas que toco, pero que te puede servir para situarte. Supongo que estarás ocupadí­simo así que … Es una simple sugerencia. No te quito más tiempo. Un saludo.

    https://www.diariovasco.com/san-sebastian/basque-culinary-center-gros-20220513101507-nt.html

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    1. Hola Javier, muchas gracias por escribirme y por las palabras que dedicas a mis artículos.
      Ese tema que mencionas es muy fuerte y, de refilón, ya lo comenté al tratar la última Bienal de Arquitectura, concretamente en el artículo del pasado 6 de noviembre.
      Este es el enlace: https://arquilectura.com/2023/11/06/bienal-de-arquitectura-2023-imaginar-otros-futuros/
      Es posible que me anime a hacer algo más detallado, pero tendré que informarme mejor.
      Un saludo y, de nuevo, muchas gracias,
      Javier

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