/ Javier González de Durana /

El pasado 11 de febrero se inauguró el primer edificio que da comienzo al ciclo de renovación de instalaciones previsto para el área deportiva municipal de Fadura (Getxo), ciclo vertebrado por un documento que recoge la participación ciudadana y elaboración de anteproyecto para el nuevo diseño previsto por el plan thinking Fadura. Getxoko Kirol Parke Berria. Construido en el lugar que ocupaba la antigua cervecera, este edificio se ha diseñado para acoger la actividad social de los clubes, asociaciones deportivas, un centro de innovación en metodologías del deporte y otras actividades relacionadas con el sector, fruto de un proceso de participación ciudadana que se prolongó durante cuatro meses durante los que recogieron 1879 aportaciones de 1699 personas que dieron como resultado un total de 218 propuestas de actuación. Atendiendo a la tipología de las propuestas, 110 se referían a intervenciones físicas, 65 tenían que ver con la gestión del parque y sus instalaciones y 43 aludían a aspectos sobre la gobernanza. Así, los futuros usuarios definieron los usos, pero también el carácter y sentido de este edificio: abierto, inclusivo y ciudadano, transparente en su fisionomía, que permite ver lo que hay dentro, invitando así a entrar al transeúnte. A su vez, de poco consumo energético, situado en un entorno natural y con una imagen cercana.

Cuenta con una superficie útil de 850 m2 y una zona exterior de otros 2100 m2. Su nombre, TikiToki Zentroa, responde a los valores que tanto el propio espacio como sus usos previstos quieren transmitir: dinamismo, creatividad, frescura y juego. Un nombre que hace referencia a una manera colaborativa de concebir la práctica del futbol, como es el tiquitaca, y su adaptación al euskera con la terminación “toki” (lugar o espacio en castellano). El centro mantiene el espíritu social de la antigua cervecera, en la que se llevaban a cabo reuniones y celebraciones de las entidades deportivas y de otros agentes sociales del municipio. Las dos fases en que estaba prevista su construcción se desarrollaron en el plazo de 21 meses.
El proyecto fue concebido por Gurtubay Arquitectos y Asociados junto con Gorka Uriarte, quienes resultaron adjudicatarios del concurso convocado para este edificio el año 2019. Gurtubay se hizo cargo en 2003 de la renovación de la fachada del Club Deportivo de Bibao, al ganar también el concurso convocado, y más recientemente (2024) han ejecutado el polideportivo del colegio Alemán, lo que, urbanísticamente, ha obligado a una reordenación del acceso y la mejora del tráfico. Uriarte es fundador de la empresa OnaHus, especializada en la construcción de edificaciones de muy bajo consumo energético, en base a sistemas de producción industrial, montaje in-situ y con la madera como material principal. La empresa constructora URBELAN, con especialización en instalaciones deportivas (sobre todo para Athletic Club) ha intervenido, asimismo, en la realización de esta obra.

TikiToki consiste en una nave de madera de grandes luces con diferentes espacios abiertos conectados con zonas ajardinadas y espacios de mayor altura cerrados y acondicionados para servicios, oficinas… La estructura es madera laminada de abeto en interiores y pino Douglas en exterior. Toda esta estructura de madera se halla elevada, separada del terreno potencialmente inundable («fadura» o «padura» en euskera significa «lugar pantanoso»), gracias a que se apoya sobre pilares de hormigón de 2,5 metros de profundidad.
En cuanto a la forma, la primera parte del volumen, situado cerca del vial municipal, es un espacio exterior cubierto y parcialmente cerrado en uno de sus laterales por un edificio bajo que sirve para los aseos y almacenes.
La segunda parte mantiene un carácter parecido al anterior, pero se muestra un poco más abierta ya que una zona de su cubierta desaparece para dejar paso a un importante pinus pinea (pino piñonero) de 15 metros de altura y en buen estado de salud existente en el lugar. La decisión de conservar este árbol concuerda con la filosofía del proyecto thinking Fadura, que tiene entre sus objetivos impulsar la actividad física y la salud en un entorno natural respetuoso con el medio ambiente. Esta decisión debió considerar las caídas del agua y otras cuestiones esenciales para asegurar la perfecta integración del tronco sin comprometer el confort de quienes utilizan el edificio. Este aspecto era importante, pues esta segunda parte tiene una función de paso para llegar a los usos adyacentes.

La tercera parte, la que se sitúa más alejada del vial municipal, es un espacio cerrado y aclimatado, donde se desarrollan usos en dos plantas. Para albergar esta segunda planta y seguir manteniendo la imagen de volumen unitario, se decidió mantener la misma volumetría en la sección de las aguas que miran hacia el municipio, pero al llegar a la cota de cumbrera de las otras partes de la volumetría, se sigue ascendiendo hasta alcanzar la cota necesaria para acoger la planta elevada. Esta volumetría ampliada se muestra en la trasera del edificio y en su encuentro con la parte posterior de las gradas del campo de fútbol.



Dentro de las actuaciones futuras en Fadura se encuentra la que afectará a la histórica tribuna de atletismo y rugby, un edificio construido en 1971 por los arquitectos Álvaro Líbano, Javier Ortega Uribe-Echevarria y Domingo Martín Enciso, que es de los más característicos del complejo Fadura. Se compone de una tribuna abierta con graderío en dos de sus laterales orientados al campo de rugby y a la pista de atletismo. Sobre esta estructura se levanta una cubierta singular formada por cinco paraboloides de hormigón armado, una solución arquitectónica ligera, pero afectada por patologías debido al ataque salino por la proximidad del mar, lo cual complica su restauración… El equipo de API, Oficina de Arquitectura está encargada de diseñar esta renovación. Se dice tener en cuenta la preservación del muy valioso legado arquitectónico de 1971 al introducir soluciones contemporáneas para mejorar la funcionalidad del edificio, pero las imágenes que se han adelantado muestran cómo la cubierta, tan exenta, liviana y aérea, queda envuelta por un nuevo edificio en el que quedará absorbida y parcialmente oculta. ¿Se conservará realmente?, en caso de que así sea…, ¿de esta manera?…, no sé…, aunque el buen hacer de Eduardo Aurtenechea y Cristina Pérez-Iriondo es garantía de que el resultado final no defraudará.

Situación histórica (arriba) y actual (abajo) de la tribuna.



Secciones longitudinal y transversal (arriba).


Dos imágenes del futuro resultado.